remodelarmegusta
lunes, 18 de febrero de 2013
viernes, 8 de febrero de 2013
LA OBRA Y EL MIEDO A CONTRATARLA. MEJOR DICHO: A CONTRAERLA.
En todo proceso de decisiones que alteran
la armonía cotidiana y económica (aunque sea para mejor) existen miedos
racionales e irracionales.
La remodelación, como el
casamiento, como la mudanza, como un cambio de trabajo son trances de ese tipo
y traen miedos de ambas clases implícitos.
En remodelatucasa consideramos que es fundamental atacar los miedos
racionales con herramientas de servicio y explorar los miedos irracionales para
que no se conviertan en una barrera infundada que boicotea la posibilidad de
mejorar de manera sensible el hábitat.
Los miedos irracionales muchas
veces se asocian a la creencia de que no se ha meditado lo suficiente la
decisión y de que vivir mejor siempre puede esperar un poco más:
“Total, si hace 5 años que vivo a disgusto, puedo vivir 5 meses
mas así. Lo seguiré evaluando.”
También hay muchos otros miedos
irracionales que inmovilizan gracias al proceso
constante de evaluación como por ejemplo:
Si uno se estará perdiendo otras
opciones por elegir una que cierra, o “la situación actual del país”, o la duda
sobre entregar confianza a los demás (empresas, profesionales, etc.)
Este mecanismo de evaluación permanente evita avanzar hacia
la solución (pero manteniendo la creencia de que se está haciendo algo al
respecto). Lamentablemente el tiempo es finito y cada año que pasa es un año menos
para disfrutar de un hábitat superador y de los momentos que este genera:
Verdadero capital emocional acumulado del ser humano.
Por el contrario, a continuación
detallaré algunos miedos racionales (con fundamento) y cuál es la propuesta de remodelatucasa para enfrentarlos:
Los contratistas dicen un número para tomar el trabajo y una vez
que rompen todo empiezan con los adicionales. Nunca se sabe cuando para el
gasto.
Esto es así con los gremios
sueltos. Pero porque no hay contrato firmado, ni presupuesto detallado para
regular el vínculo. Por eso nosotros explicitamos lo más que podemos y firmamos
un contrato con precio fijo.
Los contratistas dicen un plazo para tomar el trabajo y luego
toman más obras de las que pueden resolver y nos toman de rehén por tiempo
indefinido.
Esto es así. Pero porque no hay
contrato firmado con monto fijo a dividir por X tiempo. Cuanto más tiempo pasa,
menos gana el constructor. Ese es el mayor seguro de precio fijo y plazo
cierto.
Los contratistas abandonan la obra intempestivamente si están
llegando al final y les surge un trabajo nuevo que no quieren dejar escapar. O
porque ya no les rinde volver por los detalles.
Claramente, al no haber obligación
por contrato o por ética profesional, lo que manda es la oportunidad y la
especulación de lo ya cobrado y lo nuevo por cobrar. Y se produce el abandono
de las obras.
Cada gremio hace su propio trabajo y va rompiendo el de los demás
sin hacerse cargo.
Esto es así. Por eso el cliente
paga por cada remiendo del cual no es responsable. Lo mejor es que un
profesional coordine a todos, amparado por una empresa que “cose” todas las
fallas y se hace responsable.
El contratista se aprovecha de nuestra ignorancia y pone los
peores materiales y los cobra por buenos.
Esto es así. Pero porque no hay
una garantía escrita y respaldada por una empresa. Solo por haber garantía, ya hay
un indicio de que la calidad debe ser garantizable. Sumado a que en los
documentos firmados por una empresa hay muchas especificaciones exigibles. No
ocultas.
Cuando hay un problema técnico o de abastecimiento en obra, el
contratista me demanda una solución, haciéndome responsable por su eficacia y sus
resultados. Debiendo dejar mis
ocupaciones para resolver un tema que no manejo.
Esto es así, Para evitarlo, se
debe trabajar con profesionales que sepan conceptualmente las causas del
problema y tengan el oficio para evitarlas o resolverlas. Si son especialistas como
nosotros mejor.
Si hay un accidente en mi casa, y habiendo vínculo informal con
los trabajadores soy legalmente responsable al 100% de lo que demande el
trabajador por accidente
Esto es así. Por eso lo mejor es
trabajar con empresas que declaren ser empleadores de los trabajadores y
responsables por sus posibles lesiones.
¿Estaré pagando caro o barato?
Esta pregunta nos puede llevar a
una verdadera trampa si no se consideran todos los miedos antedichos con
prudencia. Significa que lo que aparece como barato puede duplicar su costo por
negligencias y triplicarlo por accidentes.
Asimismo, lo que aparece como caro
de entrada, si las prestaciones exceden al hecho constructivo específico, proponiendo
trabajar del lado de las certezas, redunda en la calidad final y del proceso, con la ventaja de la
previsibilidad económica y de plazos.
Federico De Rosso, arq.
MCPAU 22289
arquitecto de remodelatucasa
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Los plazos de la obra y los imponderables
En todo emprendimiento (de obra, de carrera, de negocio, de pareja) existe una característica común. Un emprendimiento es un proceso, no un producto.
En nuestra sociedad de consumo nos hemos acostumbrado a que todo deviene en producto. Lo que antes eran servicios financieros, hoy son productos con nombre: Superpréstamo, DineroYa, etc. O lo que era un servicio de manicura ahora es: Uñas esculpidas en oferta. Entonces, parece similar comprar un artefacto eléctrico (objeto terminado) que un plan de ahorro (promesa de un objeto). Uno da satisfacción inmediata de lo prometido, el otro no.
Esa es la diferencia fundamental entre producto y servicio. El primero es un objeto, el segundo es un proceso.
Entender un proceso como un objeto es engañoso porque se corre el peligro de pretenderlo infalible. Y hasta la NASA equivoca estimaciones durante sus procesos.
En remodelatucasa consideramos que es fundamental que nosotros y nuestros clientes entendamos la obra como un proceso y no como un producto para que sus imponderables no se conviertan en una barrera infundada para mejorar de la calidad ambiental del hábitat.
Claramente, el mayor impacto de los imponderables en todo proceso se da en los plazos considerados originalmente. En efecto, como sucede en proyectos de pareja, carrera o negocio, la obra también puede verse reorganizada en el tiempo por novedades que surgen en el transcurso de la misma.
En cualquier obra de remodelación algunos ejemplos de imponderables serían:
- Inestabilidad climática (nefasta para armar techos secar pinturas, hormigonar, fraguar revoques, etc).
- Vicios ocultos de obras anteriores (rajaduras bajo revoque, pisos podridos, pozos mal tapados).
- Humedad de cimientos al remover azulejados existentes.
- Roturas involuntarias de cañerías a mantener o ya terminadas.
- Cambios de parecer sobre materiales o colores con la obra ya arrancada.
- La convivencia de Obra y Familia que obliga a repactar que se encara y cuando se encara.
- Vecinos disconformes que piden detención de los trabajos para evaluar el impacto en sus unidades.
- Horarios que el reglamento de copropiedad exige sin ruidos de ninguna clase y no se sabía.
- Inspecciones municipales que aunque todo esté en orden obligan a ciertos trámites.
Además, en cualquier obra de remodelación en Argentina algunos ejemplos más serían:
- Escasez de materiales ya elegidos, no disponibles al momento de la compra.
- Súbitos cambios de reglas de trabajo, de mercado, de importanción, etc.
- Paros generales o de transporte que afectan el presentismo del personal.
- Problemas de retiro y disposición de escombros y basura.
- Nuevos feriados.
No es la intención disuadir de remodelar o amedrentar a quién lo desee. Todo lo contrario.
Es nuestra intención poner blanco sobre negro lo que se puede esperar de un Proceso de remodelación, para tener las mejores expectativas dentro de lo factible y disfrutar de los beneficios del desenlace.
En remodelatucasa los imponderables derivados de las tareas contratadas son resueltos sin mayores costos por el fondo para varios e imprevistos. Lo que se va a necesitar es un poco mas de tiempo para resolver dichos imponderables. Esta es la versión que llamamos de “Plazo estimativo”.
Intentar cubrir todos los riesgos expuestos y cumplir con un plazo estricto (venciendo incluso al clima) supone abordar la obra con un excedente de presupuesto para afrontar los imponderables sin reparar en gastos de mayor supervisión, corrección de errores a contraturno, hacer cobertizos en la intemperie para que ni siquiera se afecte el ritmo de obra por lluvia. Esta es la versión que llamamos de “Plazo estricto”. La misma considera un 15% más en el precio como cobertura para garantizar el plazo.
Creemos que la mejor herramienta para la toma de decisiones es la información. Y si es de fuente primaria, mejor aún.
Nosotros, remodelatucasa, sabemos de obra, por eso entregamos esta herramienta para decidir de forma sana y a conciencia como será el proceso que transitaremos juntos.
El producido al final de dicho proceso será un hábitat superador al actual: Una evolución sensible de la calidad de vida tuya y de tu familia.
Federico De Rosso, arq.
MCPAU 22289
arquitecto de remodelatucasa
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