viernes, 13 de abril de 2012

VOLVER A EMPEZAR










¿Cómo se remonta un fracaso en los negocios? Emprendedores que pasaron por la experiencia de perder casi todo lo que tenían relatan qué hicieron para reiniciar la misma actividad o dedicarse a otra bien distinta. Qué dicen los consultores de negocios y recursos humanos.


Volver a empezar

... En el 2002 Damián Revelli obtuvo su título de arquitecto, mientras incursionaba, también, en el diseño industrial, una disciplina en la que fue premiado. "En paralelo trabajaba en pulido de pisos y en algunas refacciones para la familia. Era jefe y empleado", recuerda quien hoy puede presentarse como el fundador de remodelatucasa, una empresa de arquitectura de pequeñas obras, que hoy tiene un plantel de 12 personas, entre los nueve arquitectos, y quienes se ocupan de la administración, el marketing y el diseño, además del personal que trabaja en las obras: entre 70 y 80 personas.

"El asunto es que yo quería emprender. Recién recibido, empecé con un pequeño proyecto de diseño de objetos, básicamente vajilla, pero me resultaba muy difícil llegar al mercado. Así que me dije: ¿por qué no poner un bar para vender las piezas? El capital inicial vino de un departamento de dos ambientes en el barrio de Congreso que vendí, contra la opinión de mi familia, por US$ 12.000. Era la herencia que me había dejado mi papá", resume, sin disimular la auto crítica.
"Así que vendí el departamento, me asocié con una amiga y alquilé un local en el centro porteño. La idea era buena: Todo lo que te gusta te lo podés llevar, era el slogan del bar. Me fue mal, pero muy mal, durante dos años; había invertido todo el valor del departamento y también lo que ganaba trabajando en remodelaciones, que no las había dejado. Pero no quería abandonar el emprendimiento. Me dije que el problema era la zona, así que organicé fiestas urbanas, con la idea de cambiar el lugar, más que de cambiar el negocio", relata Revelli.

En eso estaba, cuando se asoció con dos personas. Y en medio de una discusión comercial que terminó a los golpes, tomó conciencia de lo absurdo de la situación: "Algo hizo click. Me planteé que no era posible que hubiera llevado el fracaso hasta ese límite. El problema era que el negocio estaba mal armado, que yo no tenía las herramientas ni los conocimientos para manejarlo, y que un fracaso no se puede arrastrar eternamente. Pero a veces uno no se da cuenta de estas cosas".

Salió del negocio muy complicado por los contratos (seguía enganchado con la garantía del alquiler") y tuvo que levantar deudas. "Perdí mucho por no haberme despertado a tiempo y no poder aceptar que nos equivocamos, por una cuestión de ego, y que equivocarse es aprender. Ahora sé qué  es lo que no tengo que hacer. Era 2005, debía $3.000 que en ese momento para mí representaban una fortuna y, ante la necesidad de tener que conseguir dinero urgentemente, tuve que aceptar un trabajo en relación de dependencia, algo a lo que me resistía.
Revelli ingresó a una compañia de telefonía móvil donde hizo varios aprendizajes; en particular, destaca, la importancia que puede tener para una empresa los sistemas y las metodologías, y cómo la imagen y el marketing pueden convertirse en herramientas fundamentales.
En ese momento, evoca Revelli en la bandeja de entrada de su correo electrónico apareció un mensaje de Inicia, la ONG que lo capacitó para convertirse en emprendedor, algo para lo que la facultad no lo había preparado.
"Estuve en la compañía de celulares hasta el 2008, y en paralelo para pagar las deudas, seguía haciendo remodelaciones. Pensé entonces que bien podría hacer marketing de mi actividad. En marzo de ese año, me fui de la empresa mientras cursaba el tecer módulo de un programa Empresas del Mañana, de Inicia", relata.
"Empecé entonces a desarrollar el sistema de remodelatucasa: obras llave en mano, con un año de garantía, que se entregan hasta con fajas de desinfección. Armé una página web, registré la marca y me decidí a invertir en un plan publicitario todo lo que había ahorrado con mi trabajo en la telefónica (algo más de $15.000). Cuando llegó el primer cliente, que me encargó la remodelación de una habitación y un baño en el barrio de Caballito, comprobé que el sistema funcionaba", relata.
Revelli cuenta que en ese momento abrió una oficina en la casa materna, contrató a una arquitecta, primero para trabajar medio tiempo y después full time, y lanzó una propuesta que denominó cómo "servicio de arquitectura de alta gama para gente común". Según revela, "al principio, hacía todo yo, pero después empecé a delegar. Al año, ya éramos nueve en el emprendimiento y en 2010 inauguré una oficina propia, en la zona de Parque Centenario. Ese fue un período de crecimiento acelerado y en 2011 abrimos una segunda sede en el barrio de Núñez".
Su facturación llegó a duplicarse durante el primer año de vida de la firma. Entre 2010 y 2011 registró una expansión del 50 % y espera crecer un 30% en 2012.

En remodelatucasa, han llegado a tener 24 obras en marcha al mismo tiempo. Los montos que maneja van desde $25.000 por un baño simple hasta $150.000 por un departamento a todo trapo. Hacen 150 presupuestos y 95 visitas mensuales y, además, también se ocupan de asesorar a interesados en comprar un inmueble.
Trabajan en toda la zona metropolitana y, según Revelli, el modelo de negocio es totalmente replicable en cualquier gran ciudad, tanto en el país como en el resto de Latinoamérica. "El secreto del éxito es la capacitación", reconoce hoy quien admite ser algo así como "un emprendedor rehabilitado".v n                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                

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